Photo by Joe Giddens/ Pool via REUTERS

Dear friends in Christ,

Like so many people around the globe, Sheila I are deeply saddened by the news of Queen Elizabeth II’s death at the age of 96.

Throughout her 70-year reign, she held fast to her deep Christian faith — a faith which, I believe, helped bolster her extraordinary sense of duty, which she displayed right up until the end. Even as her health declined, she took time to write to the bishops and spouses attending this summer’s Lambeth Conference, encouraging us in our work to address human suffering and calling on us to continue to strive for Christian unity. Sheila and I were especially moved that her letter expressed her keen interest in the work at Lambeth to address the climate crisis and her concern about the growing threat to lives and livelihoods of people around the world, the poor and marginalized in particular.

Our prayers are with the people of the United Kingdom, the Commonwealth, the Queen’s family, and especially King Charles III, who bears significant new responsibilities while also mourning the loss of his beloved mother. May she rest in peace and rise in glory.

O God, whose mercies cannot be numbered: Accept our prayers on behalf of thy servant Queen Elizabeth II, and grant her an entrance into the land of light and joy, in the fellowship of thy saints; through Jesus Christ thy Son our Lord, who liveth and reigneth with thee and the Holy Spirit, one God, now and for ever. Amen 

Queridos amigos en Cristo,

Al igual que muchas personas en todo el mundo, Sheila y yo estamos profundamente entristecidos por la noticia de la muerte de la reina Isabel II a la edad de 96 años.

A lo largo de su reinado de 70 años, se aferró a su profunda fe cristiana, una fe lo que, creo, ayudó a reforzar su extraordinario sentido del deber, que mostró hasta el final. Incluso cuando su salud empeoró, se tomó el tiempo para escribir a los obispos y cónyuges que asistieron a la Conferencia de Lambeth de este verano, animándonos en nuestro trabajo para abordar el sufrimiento humano y exhortándonos a continuar luchando por la unidad de los cristianos. A Sheila y a mí nos conmovió especialmente que su carta expresara su gran interés en el trabajo en Lambeth para abordar la crisis climática y su preocupación por la creciente amenaza para las vidas y los medios de subsistencia de las personas en todo el mundo, en particular los pobres y marginados.

Nuestras oraciones están con el pueblo del Reino Unido, la Commonwealth, la familia de la Reina y, en especial, el Rey Carlos III, quien asume nuevas y significativas responsabilidades al mismo tiempo que lamenta la pérdida de su amada madre. Que descanse en paz y se levante en gloria.

Oh Dios, cuyas misericordias no se pueden contar: acepta nuestras oraciones en favor de tu sierva, la reina Isabel II, y concédele la entrada a la tierra de la luz y la alegría, en la comunión de tus santos; por Jesucristo tu Hijo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén 

Author: adiadiocal